2 de abril de 2017

Berlin en 48 horas | Parte I


Conocer Berlin era algo que tenía pendiente desde hace tiempo, pues las tres veces que había visitado Alemania con anterioridad siempre había recorrido el oeste (Colonia, Dortmund, Düsseldorf) y además en numerosas ocasiones me la habían recomendado con entusiasmo (especialmente mi hermana, para la que Berlin es su ciudad favorita).

Sin embargo no estaba en mis planes conocerla en el futuro inmediato, pero ganar un sorteo de Eurostars en Facebook (sí, es verdad que toca y debo decir que hace una ilusión enorme) lo cambió todo y en poco tiempo mi amiga Carmen y yo teníamos los billetes de avión comprados para pasar 48 horas en Berlin.




Alojamiento: Gracias al sorteo nos alojamos en uno de los mejores hoteles en los que he estado nunca (confieso que cuando he viajado siempre he preferido invertir el dinero en otras cosas y he sido asidua clienta de hostels variopintos), el Eurostars Berlin. Está situado justo enfrente de la estación de Friedichstrasse, que es una de las estaciones más grandes de Berlin y se comunica genial con cualquier sitio. Al ser una cadena española siempre encontrarás alguien que hable el idioma en recepción, y tiene piscina y gimnasio pero no tuvimos tiempo de probarlo.¡Sin duda repetiría si volviera a Berlin!

Cómo llegar: Desde Berlin Schönefeld hay dos trenes "express" que hacen menos paradas que el resto de líneas (sólo en las principales estaciones) y por lo tanto realizan el recorrido en menos tiempo (dependiendo de la estación, unos 30 minutos). Son el RB14 y el RE7, que realizan prácticamente el mismo recorrido y cuyo horario aquí lo tienes. Dependiendo de la estación de destino que tengas, quizás te convenga tomar el S-Bahn S9, o si te sucede como a nosotras y te encuentras que han cortado el servicio tanto para el RB14 y el RE7 (así nos pasó a la vuelta, ¡menos mal que íbamos con tiempo!).


Cómo moverse por Berlín: Lo primero que hay que tener en cuenta es que Berlin se divide en zonas A - B - C, estando casi todo lo importante en las zonas A y B menos el propio aeropuerto de Schönefeld, Postdam, el palacio de Charlottenburg, o lugar conmemorativo Sachsenhausen que están en zona C. Por lo tanto si llegamos o partimos, o si vamos a alguno de estos destinos, necesitaremos un billete que incluya la zona C. El importe de los billetes sencillos para la zona ABC es 3,40 € frente al billete para todo el día, que son 7,70 €. Si sólo vamos a recorrer las zonas AB el billete sencillo cuesta 2,80 € y el pase diario 7 €. Comprar uno u otro depende de la ruta marcada para cada día, nosotras compramos siempre el ticket diario porque nos salía más a cuenta.

Llegamos por la tarde y al final comenzamos a caminar un poquito más tarde de lo esperado, por lo que ya era casi de noche. De todas formas lo único que teníamos claro que queríamos ver era el Pergamonmuseum, porque la predicción del tiempo daba algo de lluvia esa tarde (y un sol maravilloso el resto del tiempo, como así fue ;-) ) y además justamente era jueves, y ese día el museo cierra a las 20.00 horas, mientras que el resto de la semana lo hace a las 18:00.

Nos dirigimos por Friedichstrasse hasta el cruce con Unter den Linden, y pasando por delante de la Humboldt Universitet y el monumento conmemorativo por la quema de libros de 1933 que hay en Bebelplatz (la plaza de la Ópera), llegamos a la isla de los museos (Museumsinsel).


Isla de los museos: Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1999, la conforman el Pergamonmuseum, Bode-Museum, Neues Museum, Alte Nationalgalerie y Altes Museum (aquí puedes ampliar información sobre ellos en español). Tal y como ya he comentado, nosotras por falta de tiempo sólo visitamos el primero. El precio para entrar es de 12 € para un sólo museo, mientras que si compras el pase para los 5 el importe a pagar son 18 €, por lo que si dispones de algo más de tiempo que nosotras sin duda merecerá la pena. El Pergamonmuseum ahora mismo está atravesando un proceso importante de reforma y ampliación (lleva ya varios años y hasta 2025 se prevé que no terminen las obras) y varias estancias no están abiertas al público (entre ellas su atracción más famosa, el Altar de Pérgamo, que hasta 2019 no se podrá ver). Aun así el museo cuenta con multitud de obras y resulta una visita interesante.


Tras la visita al museo, que nos llevó alrededor de una hora, a la salida ya estaba lloviendo. Aún así tomamos Unter den Linden y llegamos hasta la Puerta de Brandenburgo, y tras alguna foto nos dirigimos de vuelta al hotel con el objetivo de cenar algo cerca del mismo. Justo cuando llegamos habíamos visto una hamburguesería con buena pinta y decidimos probar allí. ¡No nos defraudó!

Peter Pane Friedrichstraße 101 Sirven hamburguesas de distintos tipos y se puede elegir la carne y el tipo de pan (yo me pedí una que llevaba aguacate). También tienen ensaladas y opciones vegetarianas. La atención fue buena pero sin duda lo que más nos gustó fue el ambiente que había, ¡inmejorable!


Después de cenar volvimos al hotel, terminamos de perfilar algún detalle sobre las visitas del día siguiente (que iba a ser intenso) y nos fuimos a dormir. En la siguiente entrada os contaré todo lo que hicimos el resto del viaje y las apps imprescindibles para sobrevivir a Berlin sin datos en el móvil.

¡Gracias por leerme!





Publicar un comentario

Latest Instagrams

© hello wanderina | Guías de viaje y algo más. Design by FCD.